domingo, noviembre 24, 2013

Volviendo de a pocos

Demasiado tiempo he dejado abandonado este blog. No sé si soy la misma persona que aquí escribía, pero al menos hoy he vuelto a entrar porque sentí algo de esa melancolía de antes. Este tiempo me la pasé en la búsqueda del trabajo ideal y el descubrimiento del amor. No encontré ninguno. Pero sí muy buena música. Quisiera poder hablar con alguien que realmente entienda.

domingo, julio 31, 2011

ME ACABA Y LO ACABO

EL AMOR
De Idea Vilariño

Un pájaro me canta
y yo le canto
me gorgojea al oído
y le gorgojeo
me hiere y yo le sangro
me destroza
lo quiebro
me deshace
lo rompo
me ayuda lo
levanto
lleno todo de paz
todo de guerra
todo de odio de amor
y desatado
gime su voz y gimo
ríe y río
y me mira y lo miro
me dice y yo le digo
y me ama y lo amo
- no se trata de amor
damos la vida-
y me pide y le pido
y me vence y lo venzo
y me acaba y lo acabo.

jueves, abril 21, 2011

Jueves de reflexión, desde el fondo del mar.

Feriado. No están abiertos los bares ni los centros comerciales. No hay nada en la tele ni en la calle. Es triste que recién cuando el mundo se me cierra mi cerebro vuelva a pensar. Pero es más triste aún que cuando pienso en serio me deprimo. Aún peor es que cuando me deprimo me da por morirme y leer y escuchar a mis prohibidos ídolos, lo cual me deprime aún más. Lo único bueno de este descenso al abismo, es que, en este estado de ánimos entro a este blog y escribo lo que sea.



Y aquí, desde el fondo de un oscuro mar, les dejó esta joya a todos los dolientes de la vida que hoy se han puesto a pensar, o que no pueden dejar de hacerlo, amigos al fin y al cabo.



"Ocultaba la cara hasta el momento en que me encontrara de acuerdo con el mundo. Naturalmente, todo eso era un error. Hasta el papel de artista vale la pena adoptar mientras se marca el paso. La acción es importante, aún cuando entrañe una actividad fútil. No debería uno decir Sí, No, Sí, No, aun estando sentado en el lugar más alto. No debería uno ahogarse en la oleada humana, ni siquiera para llegar a ser un Maestro. Debería uno latir con su propio ritmo... a cualquier precio". Henry Miller, Trópico de Capricornio.

miércoles, julio 14, 2010

Cinco preguntas aún pendientes



Una vez, en una entrevista de trabajo frente a veinte personas, me pidieron que respondiera sin rodeos ni mayor retórica "qué era aquello que me hacía feliz".

Esa pregunta, cuya respuesta honestamente aún desconozco por completo, determinó no sólo que perdiera una de las oportunidades más importantes que he tenido en mi vida, sino que, desde entonces, ocupa el primer lugar en mi ranking de las cinco interrogantes más devastadoras del ánimo en los días domingos, y cuyo poder agobiante confluye fatalmente cada año en mi cumpleaños.

Por ello, aquí, cinco preguntas que creo todo sobreviviente no puede evitar hacerse el día que cumple años:

1) ¿Qué es lo que me hace feliz?

2) ¿He hecho algo que valga la pena este año?

3) Realmente, ¿qué tan jodida está mi vida?

4) ¿Continuamos deficitarios de amistades interesantes?

5) ¿Por qué siempre la soledad?

domingo, diciembre 20, 2009

Reventando



El número de explosiones por hora se va incrementando notoriamente y me tiene intranquila desde ayer. Desde el primer día de diciembre ya empiezan los malditos niños a reventar cohetes en las calles, y yo resulto ser la única persona que no lo encuentra lindo o conmovedoramente navideño sino sólo como la futura causa de mi muerte por infarto fulminante. Detesto diciembre.

Y encima, no quiero ir a trabajar mañana (ni nunca más), pero sé que no puedo faltar, ya no es como antes, ahora si falto los pendientes sólo se multiplican. Estoy atrapada en un círculo vicioso de trabajar-comer-dormir que será difícil romper. Con mis mejores intenciones puestas en ello, aunque sin lograr emplazar también a la perdida esperanza, así, vuelvo a este postergado blog, con preocupaciones terrenales, inmobiliarias -aburguesadas-, pero también con muchas ganas de retomar un poco lo que yo era antes de la adultez y el consiguiente enseriamiento. Quizás el cambio a veces signifique volver a lo olvidado. Por eso, a pesar de que sólo escribo en inviernos y otoños, trataré de no abandonar mi blog en este verano que auguro terrible, porque a pesar de todo lo feo que aquí pongo, me gusta leerme y saber que hice algo más que sólo lo debido y lo útil.

viernes, julio 03, 2009

Tengo que leer pavadas


Luego de haber pasado los últimos fines de semana aplastada en la cama con la laptop, justo ahora me dan ganas de salir, ir al teatro, ver la exposición sobre Da Vinci, o esa otra de los cadáveres humanos, salir por fin a tomar fotos de los árboles rosados, ir nuevamente al museo de arte italiano, etc. Me doy cuenta que empiezo a sabotearme como siempre.

Cada vez que hay una responsabilidad, como estudiar, empiezo a soñar y torturarme con la idea de salir del aburrimiento, cuando este aburrimiento me sentó muy bien durante días anteriores y por lo general termino disipándome y cayendo en la mediocridad. Creo que voy a tener que hacer algo radical para acabar con esta maldita procastinación.

Contradictoriamente, a esta vaga le fascina esa de Lao Tse sobre que "El que domina a los otros es fuerte; el que se domina a sí mismo es poderoso".

sábado, junio 27, 2009

Un día muy oscuro


Problemas mundanos me impiden seguir sufriendo mis dramas personales, creo que eso es lo que hace que la gente continúe con sus vidas sin gracia. Alguién que te pide ayuda, problemas laborales o familiares, cosas como esas te sacan de la abstracción del dolor de existir y te encaminan a la loable labor de sacrificarte por otros.

Recuerdo que Henry Miller, en uno de los Trópicos, decía que ayudaba a otros porque sí, y gran parte de su actividad fuera del sexo era prestarse dinero para regalarlo a cualquier imbécil.

Hoy recibí una terrible noticia, un desastre familiar que requiere de la comprensión y apoyo (económico sobretodo) a un miembro del clan. Y para mí, que no tuve responsabilidad alguna en eso, significa sacrificar mi levedad laboral y optar por algo seguro que permita aportar considerablemente a este proyecto de rescate.

Es decir, de estar delicadamente decidiendo qué mierda hacer para sobrevivir por mi cuenta en los 60 o más años que me quedan y no suicidarme antes, ahora debo optar sólo entre aquellas huevadas útiles que probablemente me sequen el corazón.

Esa es la vida la mayor parte del tiempo, tristeza. Raramente, no dejo de pensar en que odio más que nunca esa "oda al día feliz", tal vez porque en otros tiempos me devolvía la esperanza.